Es notorio que en el desfilar de nuestras cofradías llama poderosamente la
atención las insignias que van colocadas abriendo los tramos del cuerpo de
nazarenos y que, no pocas veces, hemos tratado de imitar, con mas o menos
acierto, en nuestros juegos infantiles o "cruces de mayo". En este sentido
merecen singulares elogios los majestuosos "altares de insignias" que montan
actualmente nuestras hermandades en vísperas de su salida, permitiéndonos
observar numerosos detalles difíciles de percibir en el discurrir de la propia
comitiva penitencial.
¿Por cierto de que Hermandad se trata?
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